(TEXTO PUBLICADO EN El País semanal
DEL DÍA 20 DE JULIO DE 2008)
Luego, ya veremos
Quitando la inmensa biblioteca, que heredé de mis antepasados, el oasis está vacío y no hay nadie que deba soportar mi gula.
Segundo a segundo devoro los libros. Primero los leo y, después, los engullo de un solo bocado. En mi memoria permanece cada palabra que los componen. A este ritmo, en doscientos años, yo seré la biblioteca de mis antepasados, pero también, para entonces, en este oasis sólo quedaremos el sillón y yo.
Y a éste igualmente me lo comeré. Lo engulliré sin destrozarlo de un solo bocado como a los libros: mi mandíbula y mi sistema digestivo se dilatan como el de las serpientes. Y luego, ya veremos. Seguro que hay otros oasis esperándome.
DEL DÍA 20 DE JULIO DE 2008)
Luego, ya veremos
Quitando la inmensa biblioteca, que heredé de mis antepasados, el oasis está vacío y no hay nadie que deba soportar mi gula.
Segundo a segundo devoro los libros. Primero los leo y, después, los engullo de un solo bocado. En mi memoria permanece cada palabra que los componen. A este ritmo, en doscientos años, yo seré la biblioteca de mis antepasados, pero también, para entonces, en este oasis sólo quedaremos el sillón y yo.
Y a éste igualmente me lo comeré. Lo engulliré sin destrozarlo de un solo bocado como a los libros: mi mandíbula y mi sistema digestivo se dilatan como el de las serpientes. Y luego, ya veremos. Seguro que hay otros oasis esperándome.